Welcome to La Pâtisserie du Monde!
Browse in the English version
English
¡Bienvenido/a a La Pâtisserie du Monde!
Navegar en la versión en Español
Español
Babka de chocolate

La historia del Babka

Tierna masa brioche trenzada ligeramente empapada en sirope de albaricoque, rellena de una intensa crema de chocolate negro.

La babka, uno de los panes dulces más emblemáticos del este de Europa, tiene sus raíces en las comunidades judías asquenazíes que habitaban territorios como Polonia, Lituania, Ucrania y Bielorrusia desde la Edad Moderna. Aunque su nombre significa literalmente “abuelita” en polaco (diminutivo de baba), el término no designaba inicialmente una receta concreta, sino un tipo de bizcocho o masa festiva horneada en celebraciones religiosas. En el caso de la tradición judía, el babka comenzó a cobrar forma como una preparación casera que combinaba técnicas de panificación con rellenos sencillos.

La receta original del babka no llevaba chocolate, sino que se elaboraba a partir de restos de masa de jalá (el pan trenzado del Shabat), que se estiraban, se untaban con mermelada, canela, azúcar o nueces y luego se enrollaban. Esta técnica de aprovechamiento surgió en el siglo XIX, dentro de hogares judíos modestos que recurrían a la creatividad para no desperdiciar ingredientes. La masa se trenzaba o enrollaba para luego hornearse en moldes rectangulares, dando como resultado un pan de textura densa pero tierna, que se servía tanto en festividades como en días especiales.

El babka, tal como hoy lo conocemos, evolucionó en el siglo XX con la emigración masiva de judíos del este europeo hacia Estados Unidos, especialmente Nueva York. Fue allí donde el relleno de chocolate se popularizó, ya que el ingrediente era más accesible y deseado por las nuevas generaciones. Las panaderías judías neoyorquinas comenzaron a ofrecer versiones más golosas, con vetas de chocolate derretido, canela o incluso praliné, consolidando así el babka como un producto de panadería gourmet.

Babka de chocolate

Es importante distinguir esta versión judía del babka de otras preparaciones con el mismo nombre en el mundo eslavo cristiano. En Polonia y Ucrania, por ejemplo, el término babka también se refiere a un bizcocho alto, redondo y aireado que se hornea tradicionalmente en Pascua. Aunque comparten nombre y algunas técnicas básicas, se trata de productos diferentes tanto en forma como en contexto cultural. El babka judío es trenzado, con relleno, y suele tener una textura más rica y densa.

Hoy en día, el babka ha trascendido su origen humilde y se ha convertido en una especialidad de pastelería de culto, especialmente en Europa occidental y América. Con el auge de la panadería artesanal y el interés por las recetas tradicionales reinterpretadas, muchas panaderías de alta gama elaboran babkas con rellenos creativos: pistacho, crema de almendra, dulce de leche o Nutella, por mencionar algunos. A pesar de estas variantes modernas, el espíritu del babka sigue siendo el de un pan dulce generoso, compartido en familia.

En definitiva, el babka es mucho más que un pan trenzado: es una muestra viva del mestizaje cultural, de la migración y de la transmisión oral de recetas familiares. Desde los shtetls de Europa del Este hasta las panaderías boutique de Brooklyn o Barcelona, este dulce sigue contando historias de identidad, memoria y celebración a través de sus capas dulces y su forma característica. Su nombre puede significar “abuelita”, pero su legado es universal.