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Clafoutis de cerezas

La historia de la clafoutis de cerezas

Delicada masa flaneada aromatizada con kirsch y vainilla rellena de deliciosas cerezas picotas de temporada.

La clafoutis es considerada una especialidad de la región de Limousin en Francia, pero su popularidad ha trascendido las fronteras regionales y se ha convertido en un postre querido en toda Francia y más allá. La receta básica ha sido transmitida de generación en generación, lo que ha permitido que la clafoutis se mantenga como un elemento icónico de la gastronomía francesa.

A pesar de la simplicidad de sus ingredientes, la clafoutis es apreciada por su sabor y textura únicos. La combinación de las cerezas, con su sabor agridulce y jugoso, junto con la masa suave y ligeramente dulce, crea un equilibrio perfecto. El toque distintivo de las cerezas sin deshuesar es que el hueso aporta un sutil amargor, lo que agrega complejidad al postre.

En las últimas décadas, la clafoutis ha sido objeto de muchas variantes y reinterpretaciones. Algunas versiones modernas sugieren deshuesar las cerezas antes de hornearlas, lo que hace que la preparación sea más conveniente para quienes prefieren evitar el hueso. Sin embargo, los puristas afirman que esto altera el sabor y la textura auténtica de la clafoutis.

Clafoutis de cerezas

La temporada de cerezas es crucial para la elaboración de la clafoutis de cerezas auténtica, ya que se busca utilizar cerezas frescas y maduras en su punto óptimo de dulzura. La temporada de cerezas suele ser durante la primavera y el verano, lo que convierte a la clafoutis en un postre estacional que se espera con ansias cada año.

Aunque la receta original de clafoutis se hizo famosa con cerezas, su versatilidad ha inspirado a muchos chefs a experimentar con diferentes tipos de frutas. Los ingredientes adicionales pueden incluir albaricoques, melocotones, higos y otras bayas, lo que permite a los amantes de la clafoutis disfrutar de diversas versiones adaptadas a sus gustos y preferencias.

En la actualidad, la clafoutis de cerezas se ha ganado un lugar en la cocina internacional y se puede encontrar en muchos restaurantes y panaderías en todo el mundo. Es un postre que combina lo tradicional con lo moderno, y su sencillez y delicioso sabor hacen que sea una opción atractiva tanto para los paladares exigentes como para aquellos que buscan descubrir la riqueza culinaria de la gastronomía francesa.