Las torrijas tienen sus raíces en la gastronomía de la antigua España y su origen se remonta a la Edad Media. Esta deliciosa receta comenzó como una forma ingeniosa de aprovechar el pan duro y evitar el desperdicio de alimentos.
Originalmente, las torrijas eran un alimento destinado a personas de clase baja y se consideraban una comida humilde y económica. Los primeros registros históricos de las torrijas datan del siglo XV, y su preparación se mencionó en algunos libros de cocina antiguos.
La receta básica de las torrijas consiste en remojar rebanadas de pan (preferiblemente del día anterior para que esté un poco seco) en leche endulzada con azúcar o miel, y luego sumergirlas en huevo batido antes de freírlas en aceite caliente. Una vez fritas, las torrijas se espolvorean con azúcar y canela, y en algunas ocasiones se sirven con miel o almíbar.
Con el tiempo, las torrijas han evolucionado y ahora existen muchas variantes de la receta tradicional. Algunas personas las empapan en vino en lugar de leche, otras las rellenan con crema o chocolate, y en ciertas regiones, se hacen con pan especial o incluso con ingredientes salados.
Las torrijas son especialmente populares durante la Semana Santa en España, donde se consideran una delicia típica de estas festividades religiosas. También se disfrutan en otras épocas del año y han trascendido fronteras para convertirse en un postre apreciado en otras partes del mundo.