Historia de la Torta delle Zitelle
La Torta delle Zitelle es un dulce tradicional de Cervia, una ciudad costera en la región de Emilia-Romaña, Italia. Este postre está íntimamente ligado a la festividad del Sposalizio del Mare, una ceremonia anual que se celebra el día de la Ascensión, generalmente en mayo. Durante este evento, el obispo de Cervia lanza un anillo al mar como símbolo de unión entre la ciudad y el océano.
La tradición del Sposalizio del Mare se remonta a 1445, cuando el cardenal Pietro Barbo, obispo de Cervia y futuro Papa Paolo II, instituyó esta ceremonia tras un episodio en el que, durante una tormenta en el mar Adriático, arrojó su anillo al agua para calmar la tempestad. Este acto simbólico se ha mantenido a lo largo de los siglos, aunque la festividad fue suspendida durante la Segunda Guerra Mundial y se reanudó en la segunda mitad del siglo XX.
La Torta delle Zitelle fue ideada en 2003 por estudiantes y profesores del Instituto Alberghiero “Tonino Guerra” de Cervia. Su creación se basó en una investigación sobre la cocina tradicional local, con el objetivo de recuperar y preservar las recetas autóctonas. Desde entonces, este dulce se ha convertido en un símbolo culinario de la ciudad, especialmente durante las celebraciones del Sposalizio del Mare.
Este postre se elabora con una base de pasta frolla rellena de crema frangipane, una capa de pan de Spagna empapado en alchermes, mermelada de moras y piñones. Su sabor dulce y su textura suave lo han convertido en una delicia apreciada tanto por locales como por visitantes.
La Torta delle Zitelle se presenta en una gran celebración conocida como “Torta della Zitella in Festa”, organizada por la Pro Loco Riviera dei Pini. Durante este evento, varios hornos locales colaboran para preparar una versión especial del dulce, que se ofrece al público junto con degustaciones de vino.
En resumen, la Torta delle Zitelle no solo es un manjar delicioso, sino también un símbolo de la rica tradición cultural y gastronómica de Cervia. Su historia, que combina elementos religiosos, históricos y culinarios, refleja la identidad de una comunidad que valora y preserva su patrimonio.