La tarta de queso vasca, también conocida como “tarta de queso quemada” o “tarta de queso al estilo de San Sebastián”, es un postre originario del País Vasco, una región del norte de España. Su creación se remonta a finales de la década de 1990 en la ciudad de San Sebastián, capital de la provincia de Gipuzkoa. La receta fue ideada por Santiago Rivera, un chef que, en 1999, la introdujo en su restaurante La Viña. En este establecimiento, ubicado en el centro de la ciudad, Rivera buscaba crear una tarta de queso diferente a las tradicionales, con una textura cremosa y un sabor único.
La tarta de queso vasca se caracteriza por su apariencia rústica y su forma irregular. A diferencia de otras tartas de queso, no se hornea en un molde tradicional, sino que la masa se coloca directamente sobre papel de hornear, lo que da como resultado una base irregular y una superficie quemada. El sabor de la tarta es suave y ligeramente dulce, pero lo que realmente la distingue es su textura cremosa y untuosa, que se consigue gracias a la mezcla de quesos crema, queso mascarpone y huevo, entre otros ingredientes.
El concepto de la tarta de queso vasca no tardó en ganar popularidad en toda España y más allá de sus fronteras. La receta se propagó rápidamente debido al boca a boca, especialmente en el ámbito gastronómico. En 2006, el restaurante La Viña comenzó a recibir una mayor atención, y la tarta empezó a aparecer en menús de otros restaurantes de la ciudad, primero de la región y luego en el resto del país. Con el paso de los años, la tarta de queso vasca se ha convertido en un referente de la gastronomía del País Vasco.
En cuanto a la técnica de horneado, se distingue por un enfoque que implica cocinarla a una temperatura alta durante un corto periodo de tiempo. Esto es lo que provoca que la superficie de la tarta se oscurezca, creando esa costra quemada que le da su nombre. A pesar de su aspecto, el sabor de esta capa caramelizada no es amargo, sino que complementa la suavidad del interior de la tarta. Este estilo de horneado fue un punto innovador que diferenciaba a la tarta vasca de otras versiones más tradicionales que se cocinan a temperatura moderada.
La popularidad de la tarta de queso vasca ha aumentado considerablemente, especialmente con la aparición de varias recetas en libros de cocina, blogs y redes sociales. Su fama ha traspasado las fronteras de España y ha llegado a otros países como Estados Unidos, Francia y Reino Unido. La tarta ha sido replicada por chefs de todo el mundo, pero pocos logran replicar la receta original tal como se hace en La Viña. Muchos restaurantes han intentado reinterpretarla, pero siempre se le reconoce como un emblema de la gastronomía vasca.
Hoy en día, la tarta de queso vasca no solo es un postre popular en el País Vasco, sino que se ha convertido en un símbolo de la cocina española en general. Su historia, que comenzó con una creación humilde en un pequeño restaurante de San Sebastián, ha trascendido para convertirse en una de las tartas de queso más conocidas y apreciadas globalmente. La tarta de queso vasca representa no solo la innovación culinaria de la región, sino también su capacidad para adaptar y renovar tradiciones gastronómicas, fusionando el pasado con el presente.