La tarta de zanahoria, también conocida como pastel de zanahoria, tiene sus raíces en la Europa medieval, donde el azúcar era un lujo y los endulzantes naturales, como las zanahorias y las frutas, eran más accesibles. Aunque las primeras recetas de pasteles de zanahoria datan del siglo XVIII, no fue hasta mediados del siglo XX que este postre ganó popularidad en Estados Unidos y el Reino Unido.
El uso de zanahorias en repostería puede remontarse a la Edad Media, cuando el azúcar era escaso y caro. En lugar de depender de ingredientes costosos, la gente recurrió a vegetales dulces como las zanahorias para endulzar sus pasteles. A lo largo del tiempo, la receta de pasteles de zanahoria se fue refinando y adaptando a los gustos locales.
En la época de la Segunda Guerra Mundial, la escasez de azúcar y la necesidad de aprovechar ingredientes disponibles impulsaron la popularidad de la tarta de zanahoria en el Reino Unido. La zanahoria, por su alto contenido de azúcar natural, se convirtió en una alternativa sabrosa y económica para endulzar los pasteles. Además, la humedad que aporta a la masa ayuda a mantener el pastel fresco durante más tiempo.
A medida que la tarta de zanahoria se consolidaba como un postre querido en la posguerra, la receta experimentó diversas variaciones. La adición de nueces, pasas, y especias como la canela y la nuez moscada se convirtieron en elementos comunes que mejoraron la complejidad de sabores del pastel.
En las décadas siguientes, la tarta de zanahoria se popularizó aún más, llegando a ser un clásico en panaderías y hogares de todo el mundo. Su textura húmeda, sabor equilibrado y la posibilidad de personalizarla con ingredientes como frosting de queso crema o glaseado de vainilla han contribuido a su posición como una deliciosa y versátil opción en el mundo de la repostería.