Los gofres de Lieja, una de las joyas de la repostería belga, tienen sus raíces en el siglo XVIII. Se dice que fueron creados por el chef de la corte del Príncipe-Obispo de Lieja, que buscaba un postre especial que combinara dulzura y textura. Aunque no se conserva el nombre exacto del chef, la historia apunta a que fue inspirado por las tradiciones de pan dulce de la región.
La receta original de los gofres de Lieja se caracteriza por su masa rica en mantequilla, huevos y vainilla, con la incorporación de perlas de azúcar que se caramelizan durante la cocción. Este detalle distingue a los gofres de Lieja de otros tipos de gofres, como los de Bruselas, que son más ligeros y crujientes. La textura densa y el sabor acaramelado de los gofres de Lieja han hecho que se conviertan en un icono de la gastronomía belga.
El auge de los gofres de Lieja comenzó a finales del siglo XIX, cuando vendedores ambulantes empezaron a ofrecerlos en ferias y mercados locales. La facilidad para comerlos calientes y sin necesidad de cubiertos los convirtió en un aperitivo popular. Se cree que la industrialización de la receta ocurrió hacia 1900, cuando panaderías locales comenzaron a producirlos en mayores cantidades para satisfacer la creciente demanda.
En 1958, durante la Exposición Universal de Bruselas, los gofres de Lieja ganaron reconocimiento internacional. Los visitantes extranjeros quedaron encantados por su sabor único y comenzaron a exportar la receta a sus países de origen. Este evento marcó el inicio de la popularidad mundial de los gofres belgas, consolidándolos como un producto emblemático de la cultura culinaria de Bélgica.
Hoy en día, los gofres de Lieja se disfrutan en todo el mundo, pero su elaboración artesanal en Bélgica sigue siendo una tradición muy valorada. Los panaderos y reposteros de Lieja conservan celosamente la receta original, transmitida de generación en generación. Este respeto por la tradición asegura que cada bocado continúe ofreciendo la experiencia auténtica de los gofres de Lieja.
Si deseas disfrutar de gofres de Lieja auténticos, es recomendable visitar Bélgica, donde se sirven calientes y recién hechos en mercados y ferias locales. Su aroma irresistible y sabor único hacen que sean un imprescindible para los amantes de la repostería tradicional europea.