La tarta Amandina es un postre tradicional rumano conocido por su rica combinación de sabores y texturas. Surgió a mediados del siglo XX y se ha mantenido como un clásico de la repostería rumana, especialmente popular en pastelerías y restaurantes de la región. Aunque existen varias versiones de su origen, se acepta comúnmente que la tarta Amandina fue desarrollada en Bucarest, la capital de Rumanía, por maestros pasteleros que buscaban crear un postre elegante inspirado en la cocina francesa, pero adaptado a los ingredientes y gustos locales. Este esfuerzo por replicar técnicas francesas en la repostería de Europa del Este fue parte de un movimiento culinario más amplio que surgió en esa época.
La estructura de la tarta Amandina se distingue por sus capas esponjosas de bizcocho de chocolate empapado en jarabe de ron, entre las cuales se intercala una crema de mantequilla de cacao. Además, la cobertura suele estar compuesta por un glaseado brillante de chocolate. Esta composición refleja la influencia francesa, pero la fuerte presencia del ron y el cacao muestra una adaptación local al paladar rumano. Al igual que otros postres tradicionales, como el Doboș o la Savarina, la Amandina incorpora sabores intensos y suculentos, algo muy característico de los dulces de la región balcánica.
Al hablar del contexto histórico, es importante destacar que, tras la Segunda Guerra Mundial y durante la época comunista en Rumanía, la pastelería sufrió un cambio notable. La escasez de ingredientes y las políticas de austeridad influyeron en la producción de muchos postres, incluido el Amandina, que pasó de ser un lujo reservado para la élite a un postre accesible en confiterías para el público en general. En ese período, muchas pastelerías estatales replicaban la receta, lo que consolidó su popularidad entre los rumanos. A pesar de las restricciones, la creatividad de los pasteleros permitió que el Amandina se mantuviera en la mesa festiva.
Sin embargo, no se debe confundir la tarta Amandina con otros postres europeos de nombres similares. La palabra 'amandine' en francés refiere a cualquier dulce que incluya almendra (amande en francés), pero el Amandina rumano tradicionalmente no contiene este fruto seco. Aunque algunas variaciones modernas han experimentado con la inclusión de almendras o esencia de almendra, la receta clásica no las incluye, y el nombre podría haber sido inspirado más por la sonoridad francesa que por un uso de este ingrediente en particular.
Hoy en día, el Amandina sigue siendo uno de los postres más icónicos de Rumanía. En ocasiones especiales como bodas y celebraciones religiosas, se pueden encontrar versiones individuales en forma de pastelitos decorados con glaseado de chocolate y pequeños detalles, como una flor de crema o una cereza confitada. Además, la receta ha evolucionado con el tiempo, permitiendo a los pasteleros innovar en la presentación y la intensidad del sabor, sin perder de vista sus raíces tradicionales.
En resumen, la tarta Amandina es un postre que ha sobrevivido a épocas de austeridad y lujo, manteniéndose como un símbolo del ingenio y la adaptabilidad de la repostería rumana. Su historia refleja el intercambio cultural entre Francia y Rumanía, así como los retos y triunfos de la pastelería en tiempos difíciles. Si bien su exacto origen sigue siendo motivo de debate, lo que es indudable es su lugar en el corazón de la gastronomía rumana y su legado en la repostería europea.